Thursday, April 29, 2010

Dia 4 del viaje a Nicaragua








08 de Marzo, 2010 (el lunes)
Hoy fue un día muy interesante. Yo me desperté como siempre a las seis y media. Fuimos a las nueve a la ciudad de Granada. Tomemos un tour con el guía Wilfredo que solamente tiene diecinueve años, pero un conocimiento muy impresionante de la ciudad.
Fuimos a varias iglesias para tomar fotos, la primera catedral fue la Catedral de Granada que se construyó en 1583. Es uno de los edificios más notables de la ciudad por su construcción y color amarillo. Fue reconstruida varias veces después de que William Walker (el presidente autoproclamado de Nicaragua desde el año 1856 hasta 1857) la dejó totalmente en ruinas. Intentaron reconstruir la catedral al fin del siglo XIX, pero no fue sino hasta el año 1915 cuando obtuvieron el dinero y terminaron por reconstruirla. La Iglesia tiene una apariencia Neoclásica que la diferencia entre las otras catedrales.
Luego fuimos a ver el arte en un taller, en donde conocí a un artista que se llamaba ¿Will? No estoy muy segura, y tal vez estoy equivocada por lo de Wilfredo. Me da pena hablar de un artista tan impresionante sin saber su nombre, pero de todos modos, me impresionó mucho su trabajo, y le pregunté sobre unas obras y me explicó de ellas. Muy impresionante todo. Tenía unos dibujos que representaba unos embriones, pero que me recordaban de las imágenes horríficas de una de mis pesadillas. La fuerza de las marcas y las formas me hizo sentir incómoda y pensativa, pero eso es lo que debe hacer el arte si realmente es arte. Tiene que provocar sentimientos y pensamientos de la gente que lo vea, y eso es lo que hizo su arte.
También visitemos la Iglesia Guadalupe. Construida en 1626, es bastante diferente que la Catedral de Granada. En esta iglesia se refugió William Walker por dieciocho días, pero debido a eso la finca fue bombardeada y dañada. La repararon hasta el año 1965, y está completamente reparada, pero de todos modos se deja percibir la antigüedad de la misma.
Al salir del van, Había un niño de 10 años que nos pidió dinero y comida. Le dimos unas galletas Oreo y le decimos que no le íbamos a dar dinero. Nos seguía pidiendo dinero y comida y no nos dejó de molestar. Aunque yo no sabía nada de él, yo no pude dejar de pensar en que tal vez este niño no tenía casa ni padres. Yo le di unas monedas y le ofrecí una botella de agua, pero como que era ya caliente por el calor del sol, escogió tomar el agua de Katelyn, que estaba más fría. Luego se fue y no sabíamos nada de el por el resto del día. Aun me pregunto por él, como está, y que si algún día, superará de la pobreza y podrá hacer algo magnífico con su vida.
Mientras esperábamos a algunas compañeras que fueron al baño, nos sentamos en las escaleras de un hotel; en eso que se acercó una joven que estaba vendiendo chicles y me preguntó que si compraba algo. Yo quería platicar con ella, entonces le dije que sí y compré un chicle. Le pregunté su nombre y se sentó a mi lado. Me dijo que su nombre era María y que toda su vida la ha vivido allí. Hablamos de la ciudad y las pulseras que traía. Le compré otro chicle, y John también lo hizo. Después tuvimos que salir y me despedí de ella, el cual fue un placer conocerla. Ella me regaló otra perspectiva de la vida cotidiana nicaragüense, y la valoré mucho.
Luego fuimos a comer y platiqué con Wilfredo quien me salvo de una hormiga. Pican duro aquí, y él me pegó en la rodilla para quitarme una, y me asusté. Me pidió perdón y que tal vez fue inadecuado pero que no quiso que me mordiera el animalito. En este lugar, Rochelle, Allison y yo fuimos al lago para tocar el agua y tomar fotos. Todo era muy bonito y sereno, y el agua era de temperatura muy buena. Desafortunadamente, la gente no cuida a la tierra en Nicaragua, y la playa estaba cubierta de basura y apestaba de las cosas que habían tirados en todas direcciones.
Fuimos con Wilfredo a unas lanchas para un tour a las isletas de las aves, en donde vimos unas aves, pero también vimos cuatro monos. Les dimos de comer unas galletas y casi entró al bote uno de estos monos. También, Wilfredo, el otro guía y Francisco recogieron unos mangos para llevar con nosotros después del tour. Yo guardé muchos, y los puse en un plato en mi habitación, y Allison, Rochelle y yo los comimos durante los días que estábamos en el Hotel Teodolinda.
Wilfredo me dijo que la profesora lo había invitado a comer con nosotros para el próximo día. Yo no entiendo el porqué él va a ir con nosotros, porque él no es de León, pero me dijo que iba a intentar darnos un tour de esa ciudad mañana.
Ahora tengo mucho sueño, pero voy a ir a reunirme con Francisco y todos por media hora antes de irme a dormir.

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