Thursday, April 29, 2010

Una entrevista con Richard Lamb

Una entrevista con Richard Lamb
Heydenburg: Mi nombre es Kaylin Heydenburg y yo estoy aquí con Richard Lamb, el protagonista de la novela The Purple Land, escrita por W.H. Hudson. El Señor Lamb nos ha dado el permiso de hacerle unas preguntas sobre sus viajes en la Banda Oriental, ahora conocida por Uruguay.
Señor Lamb, ¿a Usted le sorprendió el tanto tiempo que estaba viajando? ¿ o sea, por cuánto tiempo pensaba en viajar antes de salir de Montevideo?
Lamb: Esta es una muy buena pregunta, Señorita Heydenburg…
Heydenburg: Por favor, si me puede llamar Kaylin.
Lamb: Gracias, Kaylin. Entonces yo no tenía una idea exacta del tiempo que iba a pasar viajando por la Banda Oriental; solo sabía que mi esposa necesitaba a alguien que la pudiera apoyar, y mis recursos se habían desaparecido. Mi plan era ir con Don Policarpo Santierra de Peñalosa, el Mayordomo de una estancia y plantación en el departamento de Paysandù, presentarle mi carta de aprobación que le escribió Doña Isadora, la tía de mi esposa, y trabajar para él hasta que obtuviera una cantidad de dinero tan modesta como para apoyar a mi esposa. Pero después de unos días de intentar a trabajar en esta tierra, me di cuenta de que no existía un trabajo verdadero, y que no ganaría nada si me hubiera quedado. Por eso continuaba mi viaje en búsqueda de trabajo.
Heydenburg: Discúlpeme, pero me parece que Usted ha participado en varias actividades adicionales que no tienen que ver con la búsqueda del trabajo. ¿No pensaba Usted que estaba lejos de su esposa por demasiado tiempo?
Lamb: (se ríe) Bueno, cabe notar que al intentar a buscar algo, se encuentra mucho más en el camino. Eso es lo que me pasó a mí por todo mi viaje. Conocí a varias personas que no hubiera conocido si no hubiera viajado para encontrar trabajo. Yo fui tan afortunado al conocer un aspecto de la guerra que no los hubiera conocido sin buscar trabajo. Claro que sí, pensaba en mi esposa, y al empezar mi viaje, lo más importante era obtener una manera de ganar dinero para regresar con ella. Pero durante mi viaje, lo más importante evolucionó y llegó a ser la búsqueda de mi mismo, y mis opiniones sobre la tierra magnífica que ahora conozco como la Tierra Púrpura.
Heydenburg: y Señor Lamb, ¿Por qué razón la llamas “la Tierra Púrpura”?
Lamb: Pues, tiene muchos significados. En forma breve y concisa, yo uso este término para definir el color de la sangre rociado por la tierra que ha sido sacrificado por la libertad de los habitantes del país. También he visto que una gran parte del terreno del país está pintado en colores vívidos, uno de esos es el Púrpura. Además de ser un color de la tierra y de la sangre, es un color que representa la tristeza de unas personas que conocía por mi viaje, y quise incluir estas imágenes en mi diario. Por supuesto, la palabra “Púrpura” es un color bastante fuerte que evoca muchos pensamientos, emociones, e imágenes en la mente del lector, lo escogí en vez de un color más frecuentemente usado como el rojo o el naranja.
Heydenburg: sí, Señor Lamb, tiene razón. A mí me llamó la atención la mención de ese color también. Y Señor, Usted nos habla ahora de la sangre que encontró en su viaje, pero también nos cuenta que Usted tenía la opción de quedarse en un lugar salvo y libre de las amenazas de la guerra. Pero, ¿Por qué no se quedó allí?
Lamb: Bueno, no sé si tú recuerdas, pero me había fastidiado con los Británicos con quienes me estaba quedando por ese tiempo, y yo temía que yo llegaría a ser como ellos – borrachos, locos, sin trabajar, sin hacer otra actividad aparte de revelar lo cotidiano. Aunque sabía que tendría que continuar buscando trabajo, y que tal vez si fuere secuestrado por algunos rebeldes, me di cuenta de que ese destino será más valioso que una existencia viviendo como mis paisanos. También, durante estos días, había aprendido a apreciar un poco más la tierra por lo cual estaba pasando, y podía ver que continuar la mejor opción sería que quedarme.
Heydenburg: Y Señor Lamb, ¿Usted piensa en tomar otro viaje en el futuro?
Lamb: ¡Por supuesto! Pues, claro, después de salir de la prisión. Obviamente no puedo salir de aquí hasta que me liberen. Pero tengo muchas ganas de explorar otro país, aprender de su cultura, hacer nuevos amigos y también, llegar a conocerme a mí, como lo hice en mi última aventura.
Heydenburg: Bueno, gracias Señor Lamb, por permitirme esta entrevista. Yo sí he aprendido mucho de su vida, y le agradezco mucho por su tiempo.
Lamb: De nada; gracias por visitarme. A veces me siento solo aquí esperando salir para ver a mi esposa otra vez.

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